Cruz Yleana Sánchez Vásquez; mujer hermosa, alegre, amorosa, educadora, periodista y embajadora de la unión familiar. Nana, prima y madrina, desde ayer emprendiste el viaje sempiterno y en nosotros dejas hermosos recuerdos de hechos compartidos, en el transcurso de tu vida en el mundo terrenal.
Cuando digo que fuiste embajadora de la unión familiar, es porque realmente, te caracterizaste por ser el motor de muchas parrandas, reuniones y encuentros familiares, siempre con tu estilo bullanguero y un poder de convocatoria especial. Tú, madrina nana, anduviste en esta vida como el espejo viviente de tu madre Cruz Dolores, de tía Lola o para mí, abuela Lola.
Todo aquel que llegara a tu casa, siempre encontraba un afecto, una palabra de estímulo, un abrazo, un detalle, un brindis de tu parte, situaciones que vamos a añorar por siempre, pero sabemos, que de ahora en adelante te vamos a tener como una maestra guía espiritual, desde el cielo junto a Dios y a nuestros ancestros, tú vas estar vigilante por cada uno de tus familiares y seres que amaste.
Tu inteligencia fue tal, que planificaste hasta el fin de tu vida, entre las cosas malas, Dios fue bueno contigo y con los que te amamos, días antes de tu partida y con ese don característico de alianza, hermandad y sencillez, tomaste la decisión de preparar un encuentro familiar, para efectuar una alegre despedida al son de gaitas, alguinados, boleros y el canto de tu cumpleaños.
Hoy estamos reunidos todos juntos, para darte el último adiós, pediste que no te lloraran, es difícil, pero haremos el esfuerzo de complacerte y de llevarte hasta tu última morada, llenos de consuelo. Madrina de jabón, gracias por haberme dado tu amor infinito, así, siempre me lo hiciste saber y mis padres me educaron para retribuirte esa ternura.
Verdaderamente, tu pasión fue jabonosa o espumosa para con toda la familia y es por eso que hoy expreso que jamás morirás, siempre estarás presente, grabada en nuestros corazones y pensamientos, además el recuerdo marchará por varias generaciones.
Cruz Yleana; prima, madrina, colega y ahora mi ángel protector, me despido de ti, lleno de satisfacción por haber tenido el privilegio de ofrendarte en vida, mi título de periodista, besos colega, te querremos por siempre.
“La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Marco Tulio Cicerón.
Tu primo-ahijado Nelson López Prieto.
Día: 09-02-2011
Cuando digo que fuiste embajadora de la unión familiar, es porque realmente, te caracterizaste por ser el motor de muchas parrandas, reuniones y encuentros familiares, siempre con tu estilo bullanguero y un poder de convocatoria especial. Tú, madrina nana, anduviste en esta vida como el espejo viviente de tu madre Cruz Dolores, de tía Lola o para mí, abuela Lola.
Todo aquel que llegara a tu casa, siempre encontraba un afecto, una palabra de estímulo, un abrazo, un detalle, un brindis de tu parte, situaciones que vamos a añorar por siempre, pero sabemos, que de ahora en adelante te vamos a tener como una maestra guía espiritual, desde el cielo junto a Dios y a nuestros ancestros, tú vas estar vigilante por cada uno de tus familiares y seres que amaste.
Tu inteligencia fue tal, que planificaste hasta el fin de tu vida, entre las cosas malas, Dios fue bueno contigo y con los que te amamos, días antes de tu partida y con ese don característico de alianza, hermandad y sencillez, tomaste la decisión de preparar un encuentro familiar, para efectuar una alegre despedida al son de gaitas, alguinados, boleros y el canto de tu cumpleaños.
Hoy estamos reunidos todos juntos, para darte el último adiós, pediste que no te lloraran, es difícil, pero haremos el esfuerzo de complacerte y de llevarte hasta tu última morada, llenos de consuelo. Madrina de jabón, gracias por haberme dado tu amor infinito, así, siempre me lo hiciste saber y mis padres me educaron para retribuirte esa ternura.
Verdaderamente, tu pasión fue jabonosa o espumosa para con toda la familia y es por eso que hoy expreso que jamás morirás, siempre estarás presente, grabada en nuestros corazones y pensamientos, además el recuerdo marchará por varias generaciones.
Cruz Yleana; prima, madrina, colega y ahora mi ángel protector, me despido de ti, lleno de satisfacción por haber tenido el privilegio de ofrendarte en vida, mi título de periodista, besos colega, te querremos por siempre.
“La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Marco Tulio Cicerón.
Tu primo-ahijado Nelson López Prieto.
Día: 09-02-2011